El Ateneo Félix Prieto inició el Taller sobre el Compromiso consciente con la salud, en el marco de la atención al quebranto social y medioambiental, concediendo una especial atención al análisis del fracaso individual y al fracaso colectivo, y su incidencia en el suicidio y el ecocidio.
Un análisis que se incorpora al proceso de composición de la Operación Healthious People liderada conjuntamente por la Fundación QUAES y el HP living Lab.
El fracaso puede ser una de las experiencias humanas más desestabilizadoras, especialmente cuando se vive de manera reiterada o cuando afecta áreas fundamentales de la identidad y el propósito de una persona. La pérdida del sentido de la vida es, en muchos casos, una consecuencia de no poder integrar el fracaso dentro de una narrativa personal más amplia que le otorgue significado.
Al hablar del fracaso estamos refiriéndonos no sólo a un quebranto emocional, sino también a un quebranto social, por cuanto sin darnos cuenta el fracaso colectivo se proyecta por ejemplo en un «ecocidio». El fracaso que supone el ecocidio no es solo una experiencia individual, sino que tiene dimensiones colectivas y sistémicas.
Hablamos de la conciencia del fracaso. Nos importa su concepción por omisión, cuando no hacemos nada para evitarlo y se pronuncia o por convicción, cuando elegimos una decisión que dará lugar a un fracaso por el error cometido al elegir.
Por otra parte, entendemos que puede producirse un fracaso por no haber obtenido el éxito en un proceso o por haber perdido en una competición en la que buscábamos el triunfo. De algún modo, la conciencia del éxito o del triunfo es más asumida que la conciencia del fracaso. Hablamos de error cuando a pesar de un gran esfuerzo no se produjo el éxito esperado, no aceptamos hablar de fracaso.
En este punto nos formulamos dos preguntas, la incidencia de la conciencia del fracaso en la conducta y la incidencia del sentimiento de fracaso en la propia salud. Valoramos la relevancia de ambas incidencias y llegamos a las siguientes conclusiones:
- La incidencia del fracaso en la conducta, aún no siendo relevante, es mayor por no haber alcanzado el éxito en un proyecto que por no haber conseguido triunfar en una competición

- La incidencia del sentimiento de fracaso en el proceso de construcción de la salud es mayor en el quebranto de la salud emocional (ansiedad, tristeza, abatimiento, envidia, etc.) que en los quebrantos que afectan a la salud fisiológica (sobrepeso, insomnio, pérdida de apetito, etc.) o a la salud social (desencuentro, rechazo, odio, etc.)

Y así, podemos subrayar como objetivo operativo privilegiado la necesidad de asumir la incidencia del compromiso consciente de la gestión del fracaso sobre el proceso de construcción de la salud, la propia y la de la comunidad.
Considerar poco relevante la conciencia del fracaso nos ubica en una situación de amnesia individual y colectiva. En la práctica, llamar error a un fracaso es poco estimulante de una conducta inteligente, que traduzca la conciencia de la torpeza en un cambio de conducta para evitar, con el mirar a otra parte, empobrecer la conciencia del instante y su disfrute.
De la reflexión sobre el suicidio, su grado de ocurrencia en España y que refleja el cuadro de los datos del INE nos invita a una reflexión sobre el proceso que le precede, es decir la autodecisión de la muerte provocada como consecuencia de una pérdida del sentido de la vida.

La reflexión nos invita a conocer la opinión sobre la naturaleza de los quebrantos con mayor incidencia en la consistencia de la propia esperanza vital mostrando que los quebrantos emocionales (soledad, ansiedad, angustia, etc.) son junto con los cognitivos (pérdida de memoria, ignorancia, amnesia, etc.) los que preceden en la consideración de relevancia a los quebrantos fisiológicos (neuronales, metabólicos, genéticos, etc.) y a los quebrantos espirituales (indignidad, desamor, desesperanza).

Abordamos el intercambio de opiniones sobre la relevancia de factores de diferente índole que inciden en la pérdida del sentido de la vida.
Abundamos en la visualización del fracaso concebido como autopercepción de la propia inutilidad como el factor de mayor incidencia en el suicidio, seguido de la incidencia del contexto social y la ausencia de nuevas metas.

Concluimos la reflexión hablando del Ecocidio como un gran ejemplo de fracaso colectivo.
Valoramos el grado de fatalidad de su naturaleza, confirmando que se prioriza la explotación de beneficios a corto plazo, y que conduce a consecuencias irreversibles. La manifiesta incapacidad de cooperación, queda en un tercer nivel.

En opinión unánime, la atención debida a los diferentes objetivos nos exige un alto compromiso con la atención a la salud colectiva en tres ámbitos:
- la restauración de ecosistemas degradados.
- la salud mental en tiempos de crisis climática.
- el desarrollo humano sostenible y global.

Concluimos la reflexión solicitando qué debiéramos guardar en el kit de pervivencia en el marco de un nuevo paradigma: el compromiso consciente con la salud, la propia y la de la comunidad.
Estas son las propuestas:

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