Mi vida en la ciencia. Sydney Brenner

19 octubre, 2020

La quedada del Ateneo Félix Prieto celebrada el 25 de septiembre de 2019, nos permitió revisar con Emilia Matallana, investigadora y académica de la Universitat de Valencia, algunos de los criterios y propuestas del Premio Nobel Sydney Brenner en su autobiografía Mi vida en la Ciencia.

Desde la perspectiva de personas comprometidas con la salud propia y de la comunidad, nos parece importante subrayar algunas consideraciones abordadas en la tertulia:

El DNA chatarra, que recalifica al DNA basura.

  • Importa interpretar la relación entre lo anatómico y lo fisiológico como una manifestación compleja, que trasciende la visión lineal causa-efecto. De ello se puede deducir que la gestión de la propia fragilidad, en tanto que propiedad inapelable de la vida, ha de responder a una visión no terapéutica, sino de construcción y restauración sujeta a lo contingente, lo inabarcable de la propia identidad.

Relevancia de la hipótesis no te preocupes: una hipótesis que te permite no ignorar los hechos, y aplazar lo que parecen dificultades irresolubles en lugar de rechazar la labor de investigación por no alcanzar a dar respuesta a la totalidad de los interrogantes.

  • Importa tener en cuenta la hipótesis en la lectura que hacemos de las razones de nuestra propia fragilidad, en tanto que es consecuencia no sólo de incidencias anatómicas o fisiológicas, sino también de factores cognitivos y emocionales, sociales y medioambientales.
  • Sucede en procesos como el de la alimentación.

Distinción entre tener una teoría correcta y tener una teoría real: la tarea de investigación es exigente en cuanto a la dedicación y en cuanto al rigor del tratamiento de la información

  • Subrayemos la relevancia de la aportación de los datos de la experiencia, que el paciente puede evidenciar en una comunicación inteligente y creativa con sus tutores sanitarios, y con los científicos en su labor de investigación,

Reconocimiento del poder de la ignorancia… saber demasiado puede reducir la creatividad, porque se tienen demasiadas razone por las que algo puede no funcionar y valoración de la ingenuidad por encima de todo, y la elegancia en el sentido de ser capaces de simplemente idear un experimento y sacar algo profundo de él.

  • El testimonio de vida de Sydney Brenner es una invitación contundente a ser humildes en la construcción de la propia salud y la de la comunidad con la que convivimos.

Puesta en valor de la labor de equipo/ la inteligencia de enjambre con la implicación de gente que puede ver las cosas de forma diferente.

  • El compromiso con la salud nos solicita gestionar el conocimiento como consecuencia de aportaciones de cuantos puedan ser implicados como tutores y cogestores de nuestro esfuerzo

Aceptación del “tenemos que ser crueles con las teorías que más apreciamos cuando dejan de interesarnos”

  • Simplificar los escenarios de atención nos permite ser más eficientes en el logro de objetivos.

Y como no sólo nos importan los criterios, elegimos subrayar algunas de las conductas sugeridas por Brenner a  modo de corolario:

  1. Concedemos un gran valor a la humildad, al trabajo silencioso y el reconocimiento de la labor previa de otros investigadores para avanzar y conseguir logros.
  2. Reconocemos la importancia de fomentar la creatividad en la ciencia tiene que ver con la capacidad de explorar, la curiosidad, el atrevimiento, aprender a ver los problemas desde una perspectiva global y con estar en constante comunicación con el resto del equipo y de los colegas (importancia de mantener la conversación viva en la ciencia).
  3. Asumimos como condición muy importante el tener entusiasmo y motivación, la importancia del mentorship…
  4. Pretendemos conocer cómo funciona la ciencia en realidad.
  5. Evitamos emular la labor de un científico solitario, desafiando las leyes de la física y haciendo cosas locas. La gestión del conocimiento es una actividad social, una conversación en la que lo importante no es el yo, sino el nosotros, mentes «jugando entre ellas»
  6. Tomamos en consideración que la forma de hacer ciencia ha cambiado desde los días de Brenner y los procedimientos y la forma de evaluarla está llevando a que de alguna manera se esclerotice la creatividad.

Fotografía Garden Films: Carlos Isaac.

Mi vida en la ciencia. Sydney Brenner - Fundación Quaes

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