Corazones artificiales y dispositivos de asistencia circulatoria

16 abril, 2025

Cuando se deteriora gravemente la función mecánica del corazón, función que hace posible impulsar la sangre a todo el organismo y cubrir adecuadamente las necesidades de oxígeno y nutrientes de los distintos tejidos y órganos, existe un riesgo vital elevado y el abordaje terapéutico es complejo, urgente e intensivo. Abarca desde el uso apropiado de fármacos hasta el trasplante cardiaco, pasando por la utilización de dispositivos de apoyo mecánico a la función cardiaca.

            El trasplante cardiaco ha permitido ofrecer a las personas en las que está indicado, un tratamiento eficaz que les permite desarrollar su vida en condiciones adecuadas y con resultados de supervivencia de alrededor del 80% al año del trasplante y de alrededor del 70% a los cinco años. En España las cifras de actividad más recientes disponibles (corresponden al año 2023, y son proporcionadas por la Organización Nacional de Trasplantes y el Ministerio de Sanidad

https://www.ont.es/wp-content/uploads/2024/03/DONACION-Y-TRASPLANTE-CARDIACO-2023.pdf ), muestran que durante ese año se efectuaron 325 trasplantes cardiacos, 95 a mujeres y 230 a hombres, con una edad media de 49,5±18,2 años. El mayor porcentaje correspondió a la franja de edad entre 45 y 59 años (38%) y un 10% correspondió a menores de 18 años. Entre los pacientes adultos pendientes de trasplante e incluidos en el apartado de urgencia cardiaca, un 33% estaban siendo tratados con asistencia ventricular de corta duración (univentricular) y un 59% estaban siendo controlados con dispositivos más complejos.

            El análisis de esta actividad a lo largo de los años muestra un incremento progresivo de la utilización de dispositivos de asistencia ventricular antes de la realización del trasplante. Su aplicación ha ido creciendo a medida que ha ido mejorando su diseño, eficacia, disponibilidad y resultados, dependientes de avances tecnológicos y de un mejor control de las complicaciones derivadas de su utilización. Estos dispositivos son bombas mecánicas que apoyan al ventrículo izquierdo en su función de impulsar la sangre a la circulación. Se han desarrollado especialmente para servir de “puente” hasta la realización del trasplante cardiaco o la mejoría, aunque, a medida que se han ido incorporando avances tecnológicos y ha ido creciendo la experiencia en la detección y solución de complicaciones relacionadas con su uso, se han planteado otras indicaciones, entre ellas la de considerarlos como una terapia de destino, es decir considerar su utilización en pacientes que no son candidatos para el trasplante, como alternativa para lograr la prolongación de su vida mejorando su estado funcional y su calidad de vida. En ensayos clínicos se han analizado los resultados obtenidos en pacientes con insuficiencia cardiaca muy avanzada o terminal, tratados médicamente de la manera más adecuada y sin indicación de trasplante, con los obtenidos en pacientes tratados además con estos dispositivos. En este tipo de pacientes se han obtenido mejores resultados con su utilización, y también se ha obtenido información útil para un mejor control de sus posibles efectos adversos y complicaciones, principalmente relacionados con infecciones, hemorragias, tromboembolismo o mal funcionamiento de los dispositivos.

            Los avances en el diseño y en los protocolos de selección de pacientes y de tratamiento se han traducido en mejores resultados. En las últimas décadas, los dispositivos de segunda y tercera generación han ido mejorando aspectos como su tamaño, resistencia, eficacia hemodinámica, suplencia de energía o características del flujo (pulsátil o contínuo). Cuestiones como el desarrollo de dispositivos totalmente implantables forman parte de los esfuerzos actuales, esfuerzos que se remontan a los orígenes del diseño, creación y utilización de los primeros corazones artificiales (década 1960-70) cuya complejidad y dificultades dieron paso a dispositivos más sencillos de asistencia circulatoria como los utilizados en la actualidad. Entre las incorporaciones se encuentran las relacionadas con las características del flujo producido por los dispositivos. Los sistemas de flujo continuo han supuesto un avance, así como la incorporación de sistemas centrífugos con levitación magnética, que han permitido ampliar los conductos y reducir los riesgos de formación de trombos y de averías mecánicas, mejorando así la duración.

            Entre los retos e innovaciones se encuentran la utilización de nuevos materiales, nuevos sistemas de control, nuevas fuentes de energía (por ejemplo, sistemas de carga transcutáneos que disminuyen el riesgo de infecciones), nuevos diseños de la parte mecánica de los dispositivos, mayor adaptabilidad a las demandas del organismo, reducción del tamaño de los dispositivos, mayor biocompatibilidad y mayores posibilidades de uso prolongado. Los dispositivos de apoyo circulatorio mecánico biventriculares incluyen desde los corazones totalmente artificiales que requieren la sustitución del corazón por el dispositivo mecánico, a dispositivos que apoyan a ambos ventrículos en paralelo con el corazón nativo. Los mecanismos de bombeo pueden ser neumáticos, eléctricos, axiales o centrífugos. Entre los diseños más recientes se encuentra el dispositivo construido con titanio que consta de una sola cámara, separada por un rotor de doble cara, diseñado para proporcionar flujo centrífugo tanto a la circulación sistémica como a la pulmonar. Los rotores tienen diferentes diámetros exteriores para generar la presión requerida por la circulación sistémica y pulmonar a una velocidad de rotación común. Este tipo de dispositivo ha comenzado a implantarse en EEUU y en Australia y se ha descrito su utilización durante más de tres meses fuera del Hospital hasta la realización del trasplante cardiaco programado.

            El número de pacientes con insuficiencia cardiaca continúa creciendo en la actualidad y con ello aumenta también el de pacientes en fases avanzadas de la enfermedad en los que, a pesar del tratamiento farmacológico óptimo y de la utilización de diversos dispositivos (por ejemplo, marcapasos resincronizadores y otros relacionados con procedimientos intervencionistas), no se consigue revertir la progresión de la enfermedad y de las limitaciones que impone a la vida cotidiana de las personas afectadas. En el registro europeo de pacientes con apoyo circulatorio mecánico (EUROMACS), hasta agosto de 2024 se han incluido 6962 implantes en 6408 pacientes (457 pacientes recibieron implantes repetidos), la edad media ha sido 58 años, 83% hombres. La mortalidad a los treinta días ha sido del 9,6%, hubo hemorragias mayores en un 12,6% e ictus en un 2,1% de los casos. En EEUU, en 2022 se implantaron 2517 dispositivos de asistencia circulatoria.

            La disponibilidad de órganos para trasplantar es limitada, no siempre existe indicación de trasplante y, en estos casos, la utilización de dispositivos de apoyo circulatorio mecánico es una alternativa a considerar. El reto consiste en el desarrollo de dispositivos eficaces, seguros, accesibles y duraderos, que permitan apoyar o sustituir al corazón cuando no se consigue mejorar su función y con ello prolongar la vida y disminuir la sintomatología.

Para ampliar la información se pueden consultar los siguientes artículos, todos ellos publicados en abierto “Open Access”:

– Khoufi EAA. Outcomes of Left Ventricular Assist Devices as Destination Therapy: A Systematic Review with Meta-Analysis. Life (Basel). 2025 Jan 3;15(1):53. doi: 10.3390/life15010053. PMCID: PMC11767145.

https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11767145/pdf/life-15-00053.pdf

 – Kozakov K, et al. Advancing LVAD Technology: Overcoming Challenges and Shaping the Future of Mechanical Circulatory Support. J Clin Med. 2024 Dec 20;13(24):7813. doi: 10.3390/jcm13247813. PMCID: PMC11728117.

https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11728117/pdf/jcm-13-07813.pdf

– Balgobind A, et al. Novel device therapies in heart failure: focus on patient selection. Front Cardiovasc Med. 2025 Feb 25;12:1419873. doi: 10.3389/fcvm.2025.1419873. PMCID: PMC11893582.

https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11893582/pdf/fcvm-12-1419873.pdf

– Veen KM, et al. The fourth report of the European Registry for Patients with Mechanical Circulatory Support (EUROMACS) of the European Association for Cardiothoracic Surgery: focus on standardized outcome ratios. Eur J Cardiothorac Surg 2025; doi:10.1093/ejcts/ezaf016.

https://doi.org/10.1093/ejcts/ezaf016

– Loardi CM, Zanobini M, Ricciardi G, Vermes E. Current and future options for adult biventricular assistance: a review of literature. Front Cardiovasc Med. 2023 Nov 6;10:1234516. doi: 10.3389/fcvm.2023.1234516. PMCID: PMC10657899.

https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC10657899/pdf/fcvm-10-1234516.pdf

Dejar Comentario

Déjanos tu comentario, es importante para nosotros. Tu email nunca será publicado..

Por favor espere...

Corazones artificiales y dispositivos de asistencia circulatoria - Fundación Quaes