La hipertensión, el enemigo silencioso

12 diciembre, 2025

José López Torrecilla. Especialista en Oncología Radioterápica. Director de curso de IBQUAES. Expresidente de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR). Miembro del Comité Científico de la Fundación Quaes.

 

La hipertensión, o presión arterial alta (presión sistólica ≥140 mmHg y/o presión diastólica ≥90 mmHg), es una condición crónica, generalmente asintomática y por ello frecuentemente no diagnosticada, que constituye uno de los principales factores de riesgo prevenible de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal crónica y demencia.

En España, según la Sociedad Española de Hipertensión, la hipertensión en la población adulta tiene una prevalencia entre el 33 y el 43%, aumentando con la edad y superando el 60% en mayores de 65 años. La hipertensión constituye uno de los principales motivos de consulta médica en la atención primaria, por lo que, debido al alto impacto negativo en las enfermedades cardiovasculares, justifica que deba medirse de forma sistemática, en cualquier contacto de las personas adultas con el sistema sanitario o en reconocimientos médicos.

Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la hipertensión (“WHO. Global report on hypertension 2025-High stakes: turning evidence into action”. Informe Global sobre Hipertensión 2025: Grandes Desafíos – Convirtiendo la Evidencia en Acción) la describe como un proceso crónico, que no duele, pero mata y sigue causando estragos, mientras pasa desapercibida para millones de personas. El informe destaca que abordar la hipertensión es una de las intervenciones de salud pública más rentables y asequibles en la actualidad, sin embargo, las medidas a nivel mundial para su control avanzan demasiado lentas.

A nivel mundial, cada segundo de cada día, más de mil millones de personas se enfrentan a un riesgo evitable de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte, por hipertensión arterial no controlada. Se estima que, en 2024, 1.400 millones de personas de entre 30 y 79 años padecían hipertensión, sin embargo, a pesar de disponerse de tratamientos eficaces, menos de 1 de cada 5 personas afectadas (aproximadamente 320 millones) tenían su presión arterial controlada adecuadamente. Según el informe, 11 millones de muertes anuales se atribuyen a la hipertensión, en parte debido a que en 99 países las tasas nacionales de control de la hipertensión son inferiores al 20%.

Además, se ha modificado mínimamente la prevalencia mundial en los últimos 35 años (32% en 1990, 33% hoy), probablemente debido en parte al envejecimiento de la población. La carga económica por la falta de control de la hipertensión tampoco es menor: entre 2011 y 2025, las enfermedades cardiovasculares habrán costado 3,7 billones de dólares a los países de ingresos bajos y medios, aproximadamente el 2% de su PIB. Esta alta prevalencia mundial subraya la urgente necesidad de que los países implementen medidas para su prevención y control.

 

El Perfil de la Hipertensión en España en el informe de la OMS

En lo referente a España en el año 2024, el informe menciona que, con una población total de 48,6 millones de habitantes, presenta un panorama de control de la hipertensión que supera ligeramente el promedio global, pero que aún deja a millones de personas en riesgo. La mortalidad atribuible a enfermedades cardiovasculares fue del 26% (118.400 de 451.700 fallecidos) y de ellas debido a la hipertensión fue del 44% (52.096 fallecidos, 11,5% del total) en el 2021. Los factores de riesgo más frecuentes en la población hipertensa española, por orden de frecuencia fueron, el tabaquismo (28%), la inactividad física (22%), la obesidad (19%), la ingesta de alcohol (11%) y la ingesta de sal (9%).

La prevalencia de la hipertensión entre adultos de 30 a 79 años en España es del 32%. (Promedio global del informe 34%). Esto se traduce en que aproximadamente 9,8 millones de adultos en este grupo de edad viven con hipertensión, siendo la prevalencia notablemente diferente por sexo: 38% en hombres y 26% en mujeres.

 

Diagnóstico, Tratamiento y Control en España en el informe de la OMS:

A pesar de la alta prevalencia, la capacidad del sistema sanitario español para identificar y tratar esta enfermedad es considerable, en comparación con otros países, pero sigue enfrentándose a importantes desafíos:

1. Diagnóstico: El 73% de los adultos hipertensos en España han sido diagnosticados previamente.

2. Tratamiento: El 61% de los adultos hipertensos están recibiendo medicación para controlar su condición.

3. Control Efectivo: El 37% de los adultos con hipertensión tienen su presión arterial controlada. Esto significa que aproximadamente 6,2 millones de adultos hipertensos en España (entre 30 y 79 años) no tienen controlada su hipertensión, exponiéndose a riesgos graves. La tasa de control por sexo es del 36% para hombres y del 38% para mujeres.

Aunque la tasa de control del 37% de España es superior a la media global del 34%, el país aún está lejos de alcanzar la meta ambiciosa de un 50% de control poblacional, objetivo que solo han logrado cuatro países (Canadá, Costa Rica, Islandia y la República de Corea).

Por qué en el mundo no se logra controlar la hipertensión

El informe apunta las siguientes causas a nivel mundial:

· Atención primaria insuficiente, falta de protocolos estandarizados.

· Falta de medicamentos asequibles: aunque los fármacos efectivos cuestan menos de 5 dólares al año, en los países con ingresos bajos solo el 28% declara buena disponibilidad a los farmacos, mientras que en los países con ingresos altos el 93% tiene acceso generalizado a los cuatro grupos básicos de medicamentos.

· Dispositivos para medir la presión arterial no validados o inaccesibles.

· Escasez de profesionales sanitarios formados en la gestión de la hipertensión.

· Baja conciencia pública: la mitad de las personas hipertensas ni saben que lo son.

Para completar el problema: incluso quienes reciben tratamiento a menudo no mantienen un control adecuado. No basta con recetar, hay que hacer seguimiento y ajustar.

Pero hay motivos para el optimismo

El informe no solo expone problemas; también muestra ejemplos reales que demuestran que sí se puede, por ejemplo: Corea del Sur ha alcanzado tasas nacionales de control cercanas al 60% gracias a reformas centradas en medicamentos de bajo coste y copagos limitados. Filipinas, aplicando el paquete HEARTS de la OMS, ha logrado un 65% de control a nivel de centros de salud. Bangladés pasó del 18% al 58% en solo cinco años integrando la hipertensión en sus servicios esenciales de salud. Son ejemplos que hacen evidente una conclusión: cuando los gobiernos priorizan la hipertensión, los resultados llegan… y rápido.

Qué propone la OMS

El informe plantea una hoja de ruta clara, pensada para ser escalable y asequible—ideal para sistemas sanitarios con presupuesto limitado:

1. Aumentar la conciencia pública: la hipertensión debe dejar de ser invisible.

2. Acceso universal al diagnóstico: tensiómetros fiables, fáciles de usar y validados científicamente.

3. Medicamentos asequibles y disponibles: sin brechas entre países ricos y pobres.

4. Integración en la cobertura sanitaria universal: el control de la hipertensión no puede ser un lujo.

5. Refuerzo de la atención primaria con equipos multidisciplinares y formación específica.

6. Sistemas de información sólidos: lo que no se mide no se puede mejorar.

El mensaje es claro

Controlar la hipertensión es factible, rentable y urgente, pero sigue fuera de control en la mayor parte del mundo. El informe insiste en que el control global de la hipertensión no es una utopía.

Tenemos las herramientas, los medicamentos y el conocimiento científico para cambiar este panorama. Lo que falta, según la OMS, es una verdadera decisión colectiva para priorizarla. Aunque la hipertensión no ocupa portadas, no genera alarma social inmediata y no provoca colapsos súbitos en los sistemas sanitarios… mata en silencio más que muchas enfermedades que sí dominan titulares.

Referencias:

 

WHO. Global report on hypertension 2025-High stakes: turning evidence into action. World Health Organization, 2025.

https://www.who.int/publications/i/ item/9789240115569 (accessed Oct 23, 2025

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