Nuevas vacunas ante los retos del futuro: predominan para adultos y patógenos respiratorios

12 diciembre, 2025

Diario Médico, 30 noviembre 2025. Naiara Brocal

El 80% de vacunas en desarrollo se dirigen a población adulta y el 40% a objetivos inéditos de la inmunización, como el VIH, el acné o el metapneumovirus.

Partiendo de la obvio y es que prevenir siempre es mejor que tratar, el análisis de las vacunas en desarrollo ofrece motivos para el optimismo. Vaccines Europe (organización que agrupa a los fabricantes de vacunas en Europa y promueve la vacunación como una estrategia clave de salud pública) ha llevado a cabo una revisión del pipeline de vacunas de las 14 compañías que aglutina. El análisis revela una cartera de 98 vacunas en desarrollo orientada a enfrentar los retos sanitarios actuales y futuros, como la carga de las infecciones respiratorias, la resistencia antimicrobiana, el envejecimiento de la población, el cambio climático y las enfermedades zoonóticas, aprovechando una diversidad de plataformas tecnológicas.

 

DE LOS NIÑOS A LOS ADULTOS

Tal vez el cambio más profundo que anticipa el informe es que más del 80% de las vacunas en desarrollo se dirigen a adultos, incluidos los mayores, lo que representa un giro respecto a las políticas de vacunación tradicionales centradas en los niños.

Mientras que la pediatría ya cuenta con una buena cobertura gracias a las vacunas, «si bien siempre hay margen de mejora», el gran reto está en los adultos, «donde la carga de enfermedades infecciosas también es enorme», explica Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV). La principal limitación ha sido científica: «El sistema inmune del adulto funciona de manera distinta al del niño y hasta hace poco, no teníamos la tecnología para abordarlo de forma eficaz«.

Ante el envejecimiento poblacional, las vacunas pueden favorecer la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. «La población envejece y a mayor edad, mayor riesgo de infección y menor capacidad de respuesta inmunitaria. Por eso es fundamental diseñar vacunas que compensen la inmunosenescencia«, indica Ángela Domínguez, coordinadora del Grupo de Vacunaciones de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).

VIRUS RESPIRATORIOS

Según el informe de Vaccines Europe, el 65% de las vacunas en desarrollo se enfocan a enfermedades respiratorias. La covid-19 lidera la lista con 15 candidatas (algunas combinadas con otros coronavirus), seguida de la gripe (13), el virus respiratorio sincitial (VRS, 7) y la enfermedad neumocócica (5). Algunas buscan protección múltiple frente a varias patologías, como covid-19, gripe y VRS.

Con la llegada del frío, estas infecciones ejercen gran presión a los sistemas sanitarios. «Centrar el desarrollo en enfermedades respiratorias responde a su elevada carga en morbilidad, hospitalizaciones y presión asistencial, además de su probado potencial epidémico y pandémico«, señala Marta Piñeiro, directora del Centro Gallego de Control y Prevención de Enfermedades. Domínguez agrega que, especialmente en gripe, existe la necesidad de vacunas más universales y combinadas para mejorar la protección y facilitar la logística.

Pérez destaca los avances frente a nuevos patógenos, como el metapneumovirus (virus respiratorio) «Los sistemas de vigilancia epidemiológica han demostrado que lo que antes se atribuía casi sistemáticamente a la gripe no era solo gripe, sino que hay muchas más infecciones respiratorias frente a las que no tenemos protección».

Advierte de que los virus respiratorios presentan más dificultades para la vacunación que otros patógenos, ya que no generan inmunidad permanente y pueden mutar. Los avances tecnológicos están permitiendo abordar retos históricos, como ha sido la vacuna del VRS. «Cuando la enfermedad no deja inmunidad permanente, la vacuna debe inducir una respuesta inmunitaria artificial más intensa que la natural, y ese desarrollo es más complejo», aclara el presidente de la AEV.

 

RESISTENCIAS ANTIBIÓTICAS

Las vacunas, especialmente las dirigidas a enfermedades respiratorias, contribuyen a frenar las resistencias antimicrobianas al reducir el uso innecesario de antibióticos, ya que evitan sobreinfecciones bacterianas y disminuyen prescripciones sin un diagnóstico claro.

Pero su potencial va más allá. Galicia y Reino Unido emplean la vacuna frente al meningococo B porque ofrece protección cruzada contra el gonococo ante la preocupación por la expansión de la gonorrea y la emergencia de cepas resistentes.

Además, hay vacunas en desarrollo diseñadas específicamente frente a patógenos con alto riesgo de multirresistencia, como el E. coli o el C. difficile. Pérez expone que, mientras E. coli permite evaluar la protección global de la vacuna pese a la menor frecuencia de cepas resistentes, el C. difficile es un reto para los ensayos clínicos entre otras cuestiones por su baja incidencia.

Ante este problema de salud pública y las dificultades para obtener nuevos antibióticos, Piñeiro califica el interés por desarrollar estas vacunas de «buena noticia» y confía que en que su eventual implementación «pueda transformar el manejo de infecciones y reducir de forma significativa el uso de antibióticos».

 

DEL VIH AL ACNÉ

Cuatro de cada diez vacunas en desarrollo se dirigen a enfermedades para las que hoy no existe ningún suero aprobado, como la citadas frente a infecciones por C. difficile y E. coli, VIH, acné, Lyme, norovirus, salmonela o patógenos emergentes como Nipah o Zika.

Entre ellas, Pérez destaca las vacunas contra dos herpesvirus: el citomegalovirus y, sobre todo, virus del Epstein-Barr (EBV). «Son patógenos muy dañinos. La varicela puede parecer una infección banal, pero el virus queda latente y años después puede provocar herpes zóster. El EBV, el virus de la mononucleosis, se ha relacionado con linfomas y otros cánceres hematológicos, y cada vez hay más indicios de su papel en la esclerosis múltiple».

En el sentido inverso, se han publicado resultados a largo plazo con la vacuna del herpes que sugieren un efecto protector frente a la demencia. «Cada vez hay más evidencia de que patologías tradicionalmente consideradas crónicas y ajenas a factores infecciosos podrían estar, en realidad, vinculadas a ciertos microorganismos», indica el experto.

La vacuna frente al virus de Epstein-Barr se considera terapéutica, ya que su objetivo no es prevenir la enfermedad futura, sino que el sistema inmunitario controle una infección ya presente o las patologías asociadas a ella. Otros ejemplos de vacunas terapéuticas en desarrollo son la del citomegalovirus en glioblastoma, así como candidatas frente al papilomavirus, hepatitis B y herpes simple.

Para Piñeiro, «las vacunas terapéuticas se están consolidando como herramientas cada vez más relevantes en oncología y en enfermedades crónicas con componente infeccioso o inmunológico, lo que abre nuevas oportunidades para combinar prevención y tratamiento».

 

ZOONOSIS Y CAMBIO CLIMÁTICO

El informe revela un peso importante de las vacunas frente a enfermedades zoonóticas (30%) y asociadas a viajes (10%). Piñeiro resalta la relación entre zoonosis y cambio climático, que «altera la distribución de vectores y reservorios animales y aumenta el riesgo de aparición de enfermedades emergentes en regiones hasta ahora libres de ellas».

Ante estas amenazas, apuesta por reforzar los sistemas de vigilancia mediante un enfoque One Health que integre salud humana, animal y ambiental. Expone que Galicia trabaja en esta línea a través de la Red Gallega de Vigilancia de Vectores, que desde 2017 identifica estas especies. «También es esencial contar con una infraestructura logística sólida que permita distribuir y administrar las vacunas de manera rápida y eficaz».

Remarca que la coordinación internacional es fundamental en este terreno. «La propagación transfronteriza de infecciones exige legislación armonizada, intercambio de datos y estrategias conjuntas de vacunación para maximizar el impacto sanitario y frenar la expansión de estas enfermedades emergentes».

Durante la pandemia, las vacunas de ARNm demostraron su eficacia y, sobre todo, su escalabilidad. Esta es la tecnología en la que se basa la mayoría de nuevas vacunas en desarrollo «Permite incorporar los antígenos adecuados frente a variantes de forma rápida. Tienen mucho recorrido, especialmente en gripe y vacunas combinadas», explica la portavoz de la SEE.

Para Piñeiro, todas las tecnologías vacunales actuales «son escalables en mayor o menor medida, y su elección depende tanto del patógeno como del

contexto logístico». Asimismo Pérez observa que no habrá una tecnología única que reemplace a las demás: «Las tecnologías van a seguir conviviendo como lo han hecho hasta ahora».

 

DE VACUNAS A VACUNACIÓN

El combate de las enfermedades prevenibles por vacunas enfrenta otro reto: lograr la aceptación de la población objetivo. «Se ha unificado el calendario infantil con el de vacunación del adulto para destacar el cambio de paradigma: la vacunación debe considerarse a lo largo de toda la vida. A pesar de ello, las coberturas en adultos siguen muy por debajo de las infantiles», lamenta Piñeiro.

Los expertos coinciden en que las campañas de sensibilización a la ciudadanía y la formación de profesionales sanitarios son esenciales. «Las campañas informan a la población sobre los beneficios individuales y colectivos, desmienten mitos y permiten decisiones de salud informadas, mientras que mantienen a los profesionales actualizados con evidencia científica, y refuerzan su papel como prescriptores fiables y promotores activos de la vacunación», añade.

«Los profesionales sanitarios no solemos formarnos en prevención; nuestra educación se centra más en el tratamiento de enfermedades. Esa es una de las cuestiones que hay que cambiar: convencernos de que tenemos herramientas de prevención que pueden ser tan válidas como cualquiera de los tratamientos disponibles», sostiene el presidente de la AEV.

Nuevas vacunas ante los retos del futuro: predominan para adultos y patógenos respiratorios - Fundación Quaes