Radioterapia tras mastectomía, una nueva guía para personalizar el tratamiento del cáncer de mama

20 octubre, 2025

Resumen realizado por J. López Torrecilla, miembro del Comité Científico de Fundación QUAES. Noticia basada en el artículo “Postmastectomy Radiation Therapy: As ASTRO-ASCO-SSO Clinical Practice Guideline” publicado por Rachel B. Jimenez y colaboradores en J. Clin. Oncol, el 16/09/2025.

La radioterapia después de una mastectomía no es un tratamiento nuevo. Desde hace décadas, los médicos la utilizan para reducir el riesgo de recaída local en el cáncer de mama. Lo que sí es nuevo —y necesario— es saber con mayor precisión a quién beneficia realmente y cómo aplicarla con seguridad en una era en la que los tratamientos son cada vez más personalizados.

Por eso, tres de las principales organizaciones oncológicas del mundo, implicadas en el tratamiento del cáncer de mama —ASTRO (Sociedad Americana de Oncología Radioterápica), ASCO (Sociedad Americana de Oncología) y SSO (Sociedad de Oncología Quirúrgica)— se unieron para actualizar las recomendaciones sobre la utilización de la radioterapia post-mastectomía. Esta guía publicada en Journal of Clinical Oncology en septiembre del 2025 (https://doi.org/10.1200/JCO-25-01747), reemplaza la versión del 2016 y refleja una década de avances en cirugía, fármacos y tecnología radioterápica.

¿Por qué es importa esta actualización?

El cáncer de mama sigue siendo el segundo más frecuente del mundo y una de las principales causas de muerte por cáncer en mujeres. La cirugía sigue siendo la base del tratamiento, pero no siempre es suficiente. La radioterapia, aplicada tras la extirpación de la mama, reduce el riesgo de recaída local y mejora la supervivencia, especialmente en pacientes con afectación ganglionar.

El reto actual consiste en ajustar las indicaciones: ni todas las pacientes la necesitan ni todas se benefician en igual medida. La guía de 2025 busca ese equilibrio entre eficacia y seguridad.

¿Quiénes se benefician de la radioterapia?

La guía establece recomendaciones claras según el estadio de la enfermedad. Para pacientes operadas sin tratamiento previo (cirugía inicial), la radioterapia está firmemente recomendada en casos de cáncer con ganglios linfáticos afectados (pN1 o superior) o con tumores avanzados (pT4). En cambio, no se recomienda para tumores pequeños (menores de 5 cm) sin afectación ganglionar (pT1-2N0), aunque pacientes jóvenes o con características desfavorables se podría considerar. En los tumores intermedios (pT3N0) la recomendación de radioterapia depende de factores como la edad, el tipo molecular del tumor y otros factores de riesgo (grado, invasión linfovascular, etc.).

En resumen: el tamaño, el número de ganglios afectados y las características biológicas del tumor determinan la necesidad de irradiar después de la cirugía.

Un área particularmente interesante es el uso de terapia neoadyuvante (tratamiento sistémico antes de la cirugía), cada vez más común en ciertos tipos de cáncer de mama. La guía recomienda radioterapia para pacientes que presentaban enfermedad localmente avanzada al diagnóstico (cT4 o cN2-3), independientemente de su respuesta al tratamiento. Para quienes logran una respuesta completa con desaparición de los ganglios afectados (ypN0), la decisión es más individualizada, considerando factores como la edad, el tamaño tumoral inicial y características biológicas del tumor. No se recomienda radioterapia en pacientes con enfermedad inicial pequeña y sin ganglios (T1-2N0) que permanecen negativos tras la quimioterapia.

La idea es clara: la respuesta al tratamiento previo debe influir en la decisión final, evitando irradiaciones innecesarias.

Qué zonas tratar y cómo hacerlo

La radioterapia debe cubrir la pared torácica o la mama reconstruida y los ganglios linfáticos regionales (axilares, supraclaviculares y a menudo, los de la mamaria interna). No obstante, en casos seleccionados —como tumores pequeños o márgenes positivos aislados— puede limitarse a la pared torácica.

En cuanto al esquema de tratamiento, la guía recomienda hipofraccionamiento moderado (15-16 sesiones frente a las clásicas 25-28), pues ofrece la misma eficacia y más comodidad para la paciente.

Para quienes se someten a reconstrucción mamaria, los estudios recientes muestran que los esquemas más cortos también son seguros y no aumentan las complicaciones.

Técnicas modernas para reducir efectos adversos

La guía promueve el uso de planificación tridimensional y tomografía computarizada para diseñar con precisión el tratamiento y proteger los órganos vecinos (corazón y pulmones). Cuando la radiación se aplica en el lado izquierdo, lugar próximo al corazón, se recomienda el control de respiración profunda —una técnica en la que la paciente inspira y mantiene el aire durante la irradiación— para alejar el corazón del campo de radiación. Además, se aconseja el uso de IMRT (radioterapia de intensidad modulada) cuando la técnica tridimensional no logra limitar las dosis a tejidos sanos.

Radioterapia cada vez más personalizada

Los expertos insisten en que la radioterapia debe aplicarse de forma individualizada, considerando tanto los beneficios oncológicos como los posibles efectos secundarios (fibrosis, linfedema, daño cardíaco o pulmonar).

También recuerdan que el valor de la radioterapia post-mastectomía puede variar según las terapias sistémicas modernas. Fármacos como los anti-HER2, los inhibidores de CDK4/6 o la inmunoterapia han cambiado el panorama, y la radiación debe adaptarse a esa nueva realidad.

El mensaje general de esta guía es optimista: la radioterapia tras la mastectomía sigue siendo una herramienta poderosa, pero debe usarse de manera selectiva, precisa y personalizada. Las pacientes con enfermedad avanzada o persistente se benefician claramente. En cambio, aquellas con tumores pequeños o buena respuesta a la quimioterapia pueden evitarla sin comprometer su supervivencia.

En palabras de los autores, la clave está en “equilibrar el riesgo y el beneficio en función de la biología tumoral, la respuesta al tratamiento y las preferencias de la paciente”.

Conclusión: menos, es más, cuando se elige bien

La nueva guía de ASTRO–ASCO–SSO, que proporciona una amplia información técnica para los especialistas de Oncología Radioterápica, representa un consenso internacional que actualiza el papel de la radioterapia tras la mastectomía. Su espíritu no es aplicar más tratamiento, sino aplicarlo mejor.

En la era de la oncología de precisión, la radioterapia ya no es una receta única para todas, sino una herramienta que debe integrarse —como un traje a medida— en el plan terapéutico global de cada mujer con cáncer de mama.

Bibliografía

Rachel B. Jimenez, Yara Abdou, Penny Anderson, Parul Barry, Lisa Bradfield, Julie A. Bradley, Lourdes D. Heras, Atif Khan, Cindy Matsen, Rachel Rabinovitch, Chantal Reyna, Kilian E. Salerno, Sarah E. Schellhorn, Deborah Schofield, Kekoa Taparra, Iman Washington, Jean L. Wright, Youssef H. Zeidan, Richard C. Zellars and Kathleen C. Horst.  Postmastectomy Radiation Therapy: An ASTRO-ASCO-SSO Clinical Practice Guideline.

J Clin Oncol. DOI https://doi.org/10.1200/JCO-25-01747

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