La muerte súbita “más allá” del diagnóstico y la prevención de las cardiopatías

Francesc Joan Santonja
Healthious People Living Lab

Asistimos al VIII Congreso Nacional contra la Muerte Súbita, celebrado el pasado 3 de noviembre. Acudimos como personas comprometidas con la propia salud y la salud comunitaria. Y, desde esa perspectiva, nos importaba conocer como construir nuestra salud cardíaca, más allá de las experiencias de quebrantos súbitos del sistema coronario.

La palabra “prevención” fue de las más utilizadas por los participantes en los diferentes coloquios. Pero quedaba vinculada a la intervención del cardiólogo, dado que antes de tomar alguna medida se consideraba ineludible haber solicitado un diagnóstico.

Y aunque ya sabíamos que no todas las cardiopatías se comportan del mismo modo, nos quedó claro que en el caso de una cardiopatía isquémica poco se puede hacer para prevenir su incidencia. No así en la cardiopatía hipertrófica, más frecuente entre deportistas jóvenes, donde el diagnóstico dará lugar a una labor de prevención de la muerte súbita.

Y, para entrar en más detalles, subrayemos que la doctora Araceli Boraita nos reveló que, tras largos procesos de seguimiento del comportamiento coronario de deportistas de alto rendimiento, los corazones tienen comportamientos que podrían dar lugar a diagnósticos erróneos, lo que podía suponer truncar la carrera deportiva de una persona.

La cardióloga Dra. Araceli Boraita, en un momento de su intervención.

José Ignacio Fernández, miembro del Patronato de la Fundación QUAES, formuló una cuestión sobre la relevancia de los factores medioambientales que activan la epigenética en las personas, para dar lugar a modificar su previsible o imprevisible cardiopatía heredada.

Hubiéramos querido que se incidiera en esa responsabilidad de las personas para estimular o para contener las cardiopatías, – ¿incluso las isquémicas? – y evitar muertes súbitas imprevistas.

La gestión de la salud, también de la que afecta a órganos del cuerpo, no puede quedar circunscrita a la tutela y a la asistencia sanitaria. Las personas somos los protagonistas de la propia salud y de la salud comunitaria. Y, necesitamos que se activen propuestas que nos ayuden a cumplir con la misión, no sólo atentas a los quebrantos fisiológicos u orgánicos, también a los cognitivos y emocionales, a los sociales y medioambientales, en los que se producen conductas y contextos que pueden ser decisivos en la gestación o remisión de la muerte súbita. Esos factores ambientales, que activan la epigenética, como el ritmo de vida, la alimentación inteligente, la contención del odio entre colectivos, etc. a los que se refería José Ignacio Fernández en su intervención

Y es que la existencia no depende sólo de la actividad sanitaria Y el compromiso con la vida es una condición ineludible individual y colectiva. Ubuntu!