¿Cómo ha afectado la pandemia por SARS-CoV-2 a la población pediátrica?

22 noviembre, 2021

Dra. Eva Suárez Vicent
Presidenta de la Sociedad Valenciana de Pediatría.

Hace 20 meses, y de forma abrupta, cambió nuestra rutina diaria con la irrupción de la pandemia por SARS-CoV-2. Ninguno de nosotros podía imaginar lo que viviríamos durante los primeros meses del confinamiento, y, sin duda, los niños y los ancianos, han sido los que mas han sufrido sus consecuencias.

En cuanto se declaró el estado de alarma y nos confinaron en nuestras casas, tanto los expertos como los pediatras pensamos que la población pediátrica iba a jugar un papel muy importante en la propagación del virus, como sucede con la mayoría de las infecciones respiratorias. Por ello, se cerraron los centros educativos y los niños permanecieron en sus hogares durante los casi tres meses que duró el aislamiento, incluso el acceso a los parques infantiles se produjo mucho más tarde que a los bares.

En septiembre de 2020, bajo estrictos protocolos de seguridad, los niños volvieron a los centros escolares, y, gracias al trabajo de los profesores y personal de los centros docentes y al comportamiento ejemplar de los niños, conseguimos finalizar el curso escolar 2020-2021 sin incidentes importantes. No ha sido hasta prácticamente el final del primer trimestre de este curso escolar, con una incidencia de infección por SAR-CoV-2 baja, cuando a los alumnos se les ha permitido desprenderse de la mascarilla para hacer deporte en el patio, mientras que entre los adultos ya hace meses que se relajó el uso de la mascarilla para hacer deportes y pasear al aire libre.

LA REALIDAD DE LOS DATOS

Durante la pandemia, hemos leído y aprendido mucho sobre la enfermedad por SARS-CoV-2. A día de hoy, la incidencia (casos confirmados) en población pediátrica ha sido menor del 12,5%, la mayoría de los casos han sido cuadros leves-moderados (la mitad de los niños menores de 5 años eran asintomáticos), menos de un 8% han requerido hospitalización, menos del 1% han presentado enfermedad grave (síndrome inflamatorio multisistémico) y la mortalidad ha sido del 0,1%.

El COVID prolongado en niños existe y tiene una elevada morbilidad y provoca limitaciones del paciente en sus actividades diarias, pero en una menor proporción que en los pacientes adultos.

Otros daños colaterales del virus SARS-CoV-2 y del confinamiento ha sido el aumento de trastornos mentales en adolescentes, la limitación de la actividad física con el consecuente aumento de la obesidad infantil, el retraso psicomotor en los niños menores de tres años, aumento de la brecha digital en familias con pocos recursos, etc.

Con todos estos datos y con la experiencia adquirida en la consulta de pediatría, también podemos afirmar que los niños no son los principales transmisores del virus SARS-CoV-2, ya que este microorganismo no sigue el modelo de la mayoría de los virus respiratorios, que estamos acostumbrados a sufrir en época invernal en nuestras consultas. En este caso, los niños juegan un papel testimonial en la transmisión de la enfermedad, y nos alerta sobre la presencia de un conviviente adulto infectado que actúa como diseminador del virus.

LA VACUNACIÓN CONTRA SARS-CO V-2 EN NIÑOS

En mayo de 2021 se aprobó la vacunación de los adolescentes entre 12 y 18 años en el momento en que la incidencia de la enfermedad aumentaba en este grupo etario, y se constataron casos de miocarditis en adolescentes vacunados, lo que hizo saltar las alarmas. Tras estudiar los casos, se ha visto que la probabilidad de sufrir una miocarditis era mucho mayor por la propia enfermedad COVID-19 que por la vacuna.

A pesar de ello, la cobertura vacunal entre los adolescentes de 12-18 años en España está alrededor del 84% en el momento actual, cifra que nos da una tremenda satisfacción y nos indica la responsabilidad y solidaridad de los adolescentes españoles.

Actualmente, la cobertura vacunal en España frente a SARS-CoV-2 está alrededor del 80% y es una de las mas elevadas del mundo. El pasado 30 de octubre, la FDA autorizó el uso de emergencia de la vacuna de Pfizer & BioNTech en niños de 5-11 años.

Ante esta noticia, me surgen sentimientos encontrados. Como pediatra que confía plenamente en las vacunas como herramienta para disminuir las enfermedades inmunoprevenibles, opino que es conveniente vacunar a los niños menores de 11 años, pero con todos los conocimientos que hemos recabado en casi dos años de pandemia, donde los niños no han sufrido físicamente por el virus SARS-CoV-2, me planteo las ventajas e inconvenientes de vacunar a los más pequeños.

Entre las ventajas de vacunarlos, lo primero que pienso es que ya no tendrían que hacer el aislamiento estricto durante 10 días tras ser contacto estrecho con un paciente positivo, y podrían seguir realizando sus actividades, eso sí, evitando contacto con pacientes susceptibles de enfermedad grave. La vacunación de este grupo etario también ayudaría a aumentar la cobertura total para alcanzar prácticamente el 90%, cifra considerada ideal para generar la inmunidad de grupo, y así contribuir a la disminución de la circulación del virus.

Entre los inconvenientes para vacunarlos, comparto la opinión de los expertos de que es más importante vacunar con la pauta completa a todos los individuos susceptibles de enfermedad grave en el resto del mundo antes que vacunar a la población con riesgo bajo, como a los niños. También necesitamos conocer los resultados de los ensayos clínicos en niños con el fin de evaluar si el beneficio obtenido es superior al riesgo de efectos adversos, y así constatar la seguridad en este grupo de edad.

No obstante, sí tengo claro que la vacunación frente SARS-CoV-2 en niños esta justificada si presentan inmunosupresión o comorbilidades que pudieran provocarle una enfermedad COVID-19 más grave o con mayores complicaciones.

Para finalizar este artículo me gustaría hacer una mención especial a todos los profesionales sanitarios que perdieron sus vidas durante la pandemia. Agradezco a los profesores, padres y especialmente a los niños, su actitud y responsabilidad durante estos meses y les animo a no bajar la guardia.

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