Jose Osuna
Vicepresidente Mensajeros de la Paz Comunidad Valenciana
La epidemia mundial de coronavirus ha obligado a desacelerar y adaptar sus operaciones, la ayuda humanitaria no es una excepción. Como muchas otras ONG, Mensajeros de la Paz ha reorientado sus acciones y programas en todo el mundo, como ya lo ha hecho en respuesta a situaciones anteriores. La prioridad: proteger a los trabajadores socio-sanitarios y a la población, garantizando al mismo tiempo la continuidad de los cuidados esenciales.
En marzo del 2020 muchos de nosotros pasamos de tener planes de trabajo claros para cada proyecto en nuestra ONG, a la planificación de escenarios para todas las posibles rutas de la pandemia en el corto lapso de un par de semanas. Y, para muchos de nosotros, una de las primeras cosas que hicimos fue conectarnos con nuestros socios locales para hacer preguntas como, «cómo van las cosas allí», «cómo deberíamos cambiar de rumbo» y «qué podemos hacer para ayudar »
Desde el impacto inicial, hemos pasado mucho tiempo planificando, resolviendo problemas y compartiendo lo que creemos que está funcionando y lo que podríamos estar haciendo más. Una cosa de la que nos dimos cuenta de que teníamos que hacer más es simplemente escuchar.
Al final de cada día, muchas de las publicaciones de blogs, informaciones y guías que estaban por ahí presentaban aún más las voces de ONG’s con necesidades fundamentales y, dado que la pandemia hizo que fuera aún más difícil encontrar esas conexiones, queríamos detenernos y dar espacio a nuestros socios en esos momentos y hasta hoy, que se nos presentaban desafíos increíbles, al mismo tiempo que tomásemos medidas para combatir la pandemia y todos los efectos secundarios sociales, políticos y económicos del COVID-19. Más importante aún, queríamos amplificar las voces de la necesidad y los logros conseguidos durante este tiempo desafiante.
Entonces, nos sentamos (virtualmente, por supuesto, al principio) con varias ONG’s que trabajan en temas de salud, educación y nutrición. Llevamos a cabo estas reuniones como parte de nuestro proyecto “Navegando hacia el inicio”, una iniciativa que fue diseñada para encontrar la manera de conectar mejor a ONG’s capaces y fuertes con socios y donantes. Si bien vimos la necesidad de este trabajo, y de hecho lo comenzamos antes de que la pandemia afectara a gran parte del mundo, está claro que esfuerzos como estos fueron necesarios, más que nunca.
Preguntamos a nuestros socios involucrados qué estaban viendo, qué hacían y qué creían que ayudaría a la sociedad civil a reconstruirse mejor cuando superásemos la ola inmediata de la pandemia, y aquí tenemos las respuestas:
- Puede que la financiación y el apoyo se hayan detenido, pero las necesidades y el trabajo no lo hicieron. Muchas de las organizaciones con las que hablamos no trabajaban directamente en temas de salud, y no hace falta decir que ninguna había trabajado antes en este tema de salud específico, pero la llegada de una pandemia mundial provocó que muchas cosas se ralentizaran y que otras se intensificaran.
- Las ONG’s encontrando formas innovadoras de adaptarse. Si bien todas las personas con las que hablamos dejaron en claro que sus adaptaciones no son sustitutos ideales del apoyo en persona, no hablamos con nadie que dijera que acababan de detenerse porque su trabajo ahora era imposible.
- Necesitamos repensar cómo nos conectamos – y apoyamos las conexiones – entre socios en diferentes lugares. La pandemia ha revelado muchas lagunas en la forma en que se ha desarrollado y evolucionado el desarrollo de nuestro modo de vida, y una de esas lagunas es la continua dependencia del modelo de apoyo técnico de “paracaídas”. Alejarse de este modelo requiere muchos cambios, pero uno importante es encontrar mejores mecanismos para conectar organizaciones y socios potenciales que no requieren una reunión casual en un viaje o en un taller.
- Necesitamos trabajar desde entonces para asegurar que el apoyo financiero llegue directamente. Un peligro global de la pandemia es que los nuevos fondos para el alivio y la reconstrucción de COVID se canalizan a través de ONG’s debido a la facilidad y las relaciones existentes. Más allá de la financiación, gran parte del desarrollo de capacidades que históricamente se ha «lanzado en paracaídas» se puede llevar a cabo a nivel local y se puede mejorar y hacer más eficaz mediante el apoyo a mentores, entrenadores y programación locales y regionales.
- Necesitamos apoyar una mayor capacidad organizativa y el fortalecimiento de la resiliencia. Las recomendaciones anteriores tratan sobre cómo deberíamos brindar apoyo y creación de capacidad en el futuro, pero también hay mucho que aprender sobre “qué capacidad” merece una mirada más de cerca. Si bien esta pandemia se desacelera, los efectos dominó serán duraderos y es poco probable que sea la última vez que enfrentemos una crisis global como esta.
Momentos de solidaridad
Para el Padre Ángel “el año 2020 ha sido inmensamente duro para toda la humanidad”, con una pandemia de coronavirus que se ha llevado demasiadas vidas por delante. Sin embargo, siempre he sido un convencido de que en los momentos más difíciles de la historia es cuando afloran mayores gestos de solidaridad entre las personas, y también creo que en la adversidad es donde nacen las lecciones más valiosas de la vida”.
El compromiso de Mensajeros de la Paz con las personas vulnerables se ha mantenido durante la pandemia. «En los peores momentos del confinamiento, la mayoría de trabajadores de las residencias y centros sociosanitarios, usaban sus propios medios para poner en contacto a los mayores con sus familias«.
Nuevos perfiles de personas vulnerables
La crisis del coronavirus ha obligado a solicitar ayuda a un perfil nuevo de personas. Las llamadas colas del hambre se han incrementado con gente que ha perdido su medio de subsistencia a raíz de la crisis: «Ha aumentado el número de familias que se han quedado sin trabajo y necesitan una ayuda para llegar».
A pesar de este incremento, Mensajeros de la Paz sigue atendiendo a las personas sin hogar, así como a niños desfavorecidos, personas con discapacidad y mujeres víctimas de violencia de género.