Obtenido del British Medical Journal
La señora Joy Milne, de Perth, Escocia, está casada con un caballero que ha sido diagnosticado de enfermedad de Parkinson. Poco antes del diagnóstico, la señora Milne, empezó a notar que su marido olía raro, “a setas” y se empeñó en relacionar el inicio de la enfermedad con ese olor.
Ante la insistencia de la señora Milne de relacionar enfermedad de Parkinson con un olor especial los médicos del señor Milne decidieron realizar una prueba. Pidieron a la señora Milne que oliera las camisetas de 79 individuos diagnosticados de enfermedad de Parkinson y de 71 individuos controles. La señora Milne identifico correctamente a los 79 sujetos con enfermedad de Parkinson y a 70 de los controles. El supuesto control identificado por la señora Milne como enfermo de Parkinson desarrolló los signos clínicos de esta enfermedad 8 meses después de la prueba.
Los investigadores decidieron continuar con el estudio. Para ello colocaron en la piel de pacientes con enfermedad de Parkinson trocitos de papel muy absorbentes del sebo producido por las glándulas sebáceas y sometieron esas secreciones a un proceso de cromatografía de gases asociado a espectrometría de masas. El estudio reveló que el sebo de los pacientes con enfermedad de Parkinson presenta una serie de lípidos de elevado peso molecular que no se encuentra en el sebo de los controles. Los investigadores están estudiando si esos lípidos, además de constituir una nueva herramienta diagnóstica, pueden revelar datos importantes sobre la patogenia de la enfermedad de Parkinson.
La nariz prodigiosa de la señora Milne sufre de un trastorno clínico, llamado hiperosmia, que ocurre en varios tipos de enfermedades y estados fisiológicos, como en el embarazo.